miércoles, 6 de febrero de 2008

Sobre Luis García Montero




Hoy voy a presentar a un poeta que merece disponer de un capítulo aparte ( al menos) en la última poesía española; él es Luis García Montero. Este granadino, nacido en 1958, ha sido Premio Adonais, Loewe y Nacional de Poesía – aunque sabemos que los poetas no se fraguan a golpe de premio- y ha publicado influyentes libros de poesía (Habitaciones separadas, 1994 o Completamente viernes, de 1998) pero también numerosos ensayos y estudios críticos de otros poetas. Profesor en la Universidad de Granada, su poética está muy claramente definida en el siguiente texto:

“La poesía de Luis García Montero habita un territorio cercano donde convergen los disfraces de la subjetividad y las preocupaciones colectivas, la indagación en los propios sentimientos y los imperativos del presente, la frágil rutina de los sueños y el rumor de la lluvia en las aceras. Dibujada con tintes realistas y tonos verosímiles, la ciudad es el escenario de una ficción a la altura de las personas anónimas que buscan en los versos la sombra de sus vidas” ( Extraído de la web www.cervantesvirutal.com)

Además, debo añadir la cercanía del lenguaje que utiliza ( que no se traduce en el descuido del léxico) y la proximidad de su poesía a la narrativa.
Prefiero no condicionaros más a la hora de leer los poemas que pondré a continuación, que provienen de una antología que me regalaron hace un tiempo ( gracias Anna) que es de la editorial Visor ( Antología personal, Luis García Montero) y que, además, viene acompañada de un CD con el autor recitando sus propios poemas। Una pasada. Recomendada ( por supuesto) a la gente que haya leído a Luis García Montero, pero, si alguien no conoce sus poemas, es una buena introducción a su “modus operandi”. Contiene poemas de Tristia, El jardín extranjero entre otros poemarios del autor.

Os pongo un par de links interesantes para el que quiera saber más:
http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/montero/ ( Un poco de todo del autor)
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=2585 ( Biografía y algunos textos)

Os dejo, de todas formas, dos poemas del autor, para mí inmensos:

El amor

Las palabras son barcos
y se pierden así, de boca en boca,
como de niebla en niebla.
Llevan su mercancía por las conversaciones
sin encontrar un puerto,
la noche que les pese igual que un ancla.

Deben acostumbrarse a envejecer
y vivir con paciencia de madera
usada por las olas,
irse descomponiendo, dañarse lentamente,
hasta que a la bodega rutinaria
llegue el mar y las hunda.

Porque la vida entra en las palabras
como el mar en un barco,
cubre de tiempo el nombre de las cosas
y lleva a la raíz de un adjetivo
el cielo de una fecha,
el balcón de una casa,
la luz de una ciudad reflejada en un río.

Por eso, niebla a niebla,
cuando el amor invade las palabras,
golpea sus paredes, marca en ellas
los signos de una historia personal
y deja en el pasado de los vocabularios
sensaciones de frío y de calor,
noches que son la noche,mares que son el mar,
solitarios paseos con extensión de frase
y trenes detenidos y canciones.

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.


Si está permitido dedicar un poema ajeno, este va para Jordi Rincón
La inmortalidad

Nunca he tenido dioses
y tampoco sentí la despiadada
voluntad de los héroes.
Durante mucho tiempo estuvo libre
la silla de mi juez
y no esperé juicio
en el que rendir cuentas de mis días.

Decidido a vivir, busqué la sombra
capaz de recogerme los veranos
y la hoguera dispuesta
a llevarse el invierno por delante.
Pasé noches de guardia y de silencio,
no tuve prisa,
dejé cruzar la rueda de los años.
Estaba convencido
de que existir no tiene trascendencia
porque la luz es siempre fugitiva
sobre la oscuridad
un resplandor en medio del vacío.

Y de pronto en el bosque se encendieron los árboles
de las miradas insistentes, el mar tuvo labios de arena
igual que las palabras dichas en un rincón,
el viento abrió sus manos y los hoteles sus habitaciones.
Parecía la tierra más desnuda
porque la noche fue
como el vacío
un resplandor oscuro en medio de la luz.

Entonces comprendí que la inmortalidad
puede cobrarse por adelantado.
Una inmortalidad que no reside
en plazas con estatua
en nubes religiosas
o en la plastificada vanidad literaria,
llena de halagos homicidas y murmullos de cóctel.
Es otra mi razón. Que no me lea
quien no haya nunca visto conmoverse la tierra
en medio de un abrazo.
La copa de cristal
que pusiste al revés sobre la mesa
guarda un tiempo de oro detenido.
Me basta con la vida para justificarme.
Y cuando me convoquen a declarar mis actos
aunque sólo me escuche una silla vacía
será firme mi voz.
No por lo que la muerte me prometa
sino por todo aquello que no podrá quitarme

© de los dos poemas, Luis García Montero

Quisiera hacer mención a la persona que me descubrió a Luis García Montero, Carles Cervelló, ex profesor ( teóricamente) y amigo. Un abrazo para él.

(*)Próximas entregas: Enrique Gracia Trinidad, Carles Cervelló y " Mis poetas desconocidos"

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hombre, Rafa! Me toca usted la fibra dedicándome este poema al que quiero tanto (y porque no me ha oído leerlo more García Montero). Felicidades por su blog, una nueva aportación, siempre necesaria, al mundo de la poesía.

Un abrazo (espero ansiosamente su comentario a nuestro primer hijo)